“No paro de llorar… Su música va a vivir para siempre”, fue la primera frase que se pronunció apenas estalló la noticia. Dicha declaración brotó de la boca de Madonna y llegó para resumir el escozor que sacudió al mundo apenas un parte médico del hospital UCLA de Los Angeles (California) confirmó la noticia, después de que Germaine Jackson, se adelantará y esbozara que su hermano había sufrido un paro cardíaco.
Enseguida, de cada rincón del planeta comenzaron a llegar las repercusiones. En la puerta del Teatro Apollo (catedral de la música negra donde Michael dio sus primeros pasos junto a los Jackson 5), cientos de fans se congregaban en una liturgia donde no faltaron las canciones del Rey del Pop. Las pantallas gigantes del Time Square de New York detuvieron el ritmo frenético de la ciudad con una foto del músico, acompañado por el título: “The King of pop is dead”.
Las señales más importantes del mundo como CNN, desde que se oficializó la desgracia y durante los siguientes 20 minutos recibió casi 6.000 e-mails, un hecho inédito hasta para la cadena de noticias más importante del planeta. También, en el mismo día que falleciera Farrah Fawcett y a pocos metros del homenaje que la heroína de Los Angeles de Charlie dispone en el Paseo de la Fama de Hollywood, miles de arreglos florales cubrían la “Estrella de cinco puntas” donde el creador de “Billie Jean” obtuvo su título definitivo de celebridad.
Tampoco faltaron los homenajes de sus colegas, quienes salieron a expresar todo su dolor por el deceso de Michael. “Nadie lo podrá reemplazar, pero su música seguirá brillando para siempre”, dijo Ricky Martin. “Se me fue un hermano menor”, expresó entre lágrimas Quincy Jones, el legendario productor que dirigió a Jackson en Off The Wall (1979) y Thriller (1982), sus dos obras cumbres. Otro que hizo un alto en su agenda para rendir pleitesía al ídolo pop fue Will.i.am. “Michael fue un regalo para el mundo y no me asombraría de que mañana el mundo dejara de rodar”, esbozó el cerebro de The Black Eyed Peas.
Y esta es una muestra ínfima de las repercusiones de una muerte que se convertirá en leyenda, la misma que hoy envuelve a los decesos de Elvis Presley (16 - 8 -1977) y John Lennon (8 - 12 -1980). Porque Michael Jackson no era sólo un artista popular. Era la encarnación de un puñado de canciones que marcaron a fuego a varias generaciones que observaron en sus excentricidades una forma de escapar a la rutina y de vivir el pop. Sin ir más lejos, artistas del nivel de Justin Timberlake, Usher o Chris Brown regalarían sus millones de dólares por haber sido Michael Jackson, aunque sea un segundo.
Alguna vez, cuando se presentó la retrospectiva HIStory en 1995, su por aquel entonces mujer, Lisa Marie Presley, enfrentó a los medios que lo criticaban por sus constantes cirugías aludiendo a que su esposo era un artista y, como tal, expresaba el arte con su cuerpo también. En definitiva, ahora comenzarán a tejerse cientos de historias alrededor de sus costumbres, su inspiración y su vida. Pero, en el mundo de los sonidos, nada volverá a ser igual. A los 50 se apagó una de las llamas más potentes que iluminó la música popular. Murió el rey. Nació un mito.