Si hay algo que caracteriza a las canciones incluidas en los dos primeros álbumes de Lily Allen es que muchas de ellas hacen referencia a la ineptitud sexual de sus ocasionales acompañantes.
Y si bien ella está muy feliz en pareja con el decorador Sam Cooper quien, hasta el momento, no se ha mostrado molesto por el contenido de las letras escritas por su novia, Lily dice sentirse de todos modos arrepentida de dar esos detalles porque cree que los hombres no se le acercan por temor a quedar retratados en alguna de ellas.
“Pensar que mis canciones ahuyentarían a los hombres nunca, nunca se me ocurrió. Creí que haría más poderosas a las mujeres y que ellas dirían ‘Dios, sí, al fin alguien lo dice’. No creí que me pondría en una posición en la que los hombres pensarían: ‘Okey, no, no me voy a acostar con vos por las dudas de que después escribas algo sobre ello’”, admitió en una entrevista para luego confesar que, más allá del perfil lírico de sus temas y de su look sensual, ella es, en verdad, una chica muy tímida: “Me da vergüenza cuando la gente me pide autógrafos. Me parece extraño porque, ¿por qué querrían tener mi autógrafo? No me lo puedo imaginar. Creo que la gente espera que tengas un cierto sentido del decoro, pero el tener que ser agradable todo el tiempo me parece casi como ser una maestra jardinera”.
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